Muchas veces me preguntan porqué se dice que los mandalas sirven para sanar, y suelo responder que lo que sana es el proceso de pintarlos, ode dibujarlos, o solamente de observarlos.
Pintar mandalas hace que por un momento volvamos a ser como niños. Estos diseños concéntricos pueden lograr que nos pongamos a jugar.
Ese juego, esa alegría interna es la que sana, esa misma alegría es la que hace que nuestra mente se ocupe menos de lo que nos entristece, de lo que no podemos remediar o de aquellas cosas en las que la mente se anticipa sin dejarnos descansar bien.
En ese sentido, los diseños que les acerco aquí son para alegrar el corazón, para que dejen un rato de lado las preocupaciones. Les aseguro que muchas de ellas tendrán su respuesta en el proceso de darle color a alguno de estos mandalas.
Quizás podamos aprender a focalizarnos en el aquí y ahora, sabiendo que no podemos cambiar lo que ya ha pasado ni que tampoco podemos controlar lo que ocurra en el futuro. El aquí y ahora es nuestro tiempo, nuestro corazón está latiendo en este instante? y está en nuestras manos darle colores para alegrarlo.
Formato: 22,5 x 20,5 cm
Páginas: 36
Encuadernación: Acaballada
ISBN: 978-987-634-952-9
Género: Espiritualidad y religión, Mandalas
Autor: Laura Podio
Colección: Bienestar