Los colores son tan importantes en nuestras vidas, que pensamos que tienen poderes ocultos. Intuimos algo que va más allá de una simple experiencia estética. Nos fascinan o nos repulsan, pero casi nunca nos dejan indiferentes. Ya sea que quieras pintar tu casa o elegir la carcasa para tu celular el color será lo fundamental en la elección, incluso al elegir una gaseosa o un paquete de golosina tu decisión estará determinada por lo colores.
Y ¿por qué vemos colores? Porque en el camino de la evolución de las especies nos sirvió y mucho…pudimos distinguir a nuestros depredadores a la distancia y también reconocer el fruto maduro del que no lo está. Pudimos ver más rápido las señales de peligro y así sobrevivir mejor.
Sus efectos son estudiados en psicología, publicidad, decoración, arte, marketing y otras áreas de desarrollo humano. Hay un “color pigmento” que comprás en frasquitos en la librería pero también hay un “color luz” que es el que utilizamos en todas las pantallas que tenemos a nuestro alcance.
Se puede usar como herramienta para atraer tu atención, influyendo en tu humor y comunicando tus emociones. El color es una experiencia psicológica que dirige y orienta a la mente en una dirección particular, por lo que puede utilizarse de manera terapéutica. Los colores brillantes excitan tu motivación o tu ira mientras que los suaves te tranquilizan. Los cálidos rojos te activan y los fríos azules te relajan. De acuerdo a la armonía de colores que uses al vestir darás una buena o mala impresión en los demás.
También tu cuerpo produce colores e incluso los médicos pueden medir tu salud de acuerdo al color de tu semblante. En los procesos de enfermedad aparecen decoloraciones en la piel como ictericia, palidez, erupciones cutáneas con enrojecimiento o manchas blancas o marrones. Podemos vernos verdosos o amarillentos. También sucede a nivel emocional: podés estar “rojo de ira”, “verde de envidia”, vivir una vida “color de rosa”, ver “todo negro” o quedar “blanco del susto”… En las terapias que utilizan los colores se contrapone a estos “tonos” emocionales inarmónicos a los colores armónicos apropiados que hacen retornar a la salud y al bienestar. Los colores erróneos perturban la actividad mental y los colores adecuados la restauran.
Pero no todos vemos los colores de la misma manera ya que lo que veas dependerá de varios factores: la luz, la cualidad o material de lo que estés mirando, y de tu “equipo visual”, tu cámara para la vida conformada no sólo por los ojos sino por procesos cerebrales e incluso vivencias que hayas tenido con determinado color. El equipo es tan especializado, tan perfecto, que si alguno de sus procesos falla puede haber colores que no podamos ver.
Cuando pienses que el color es cosa de niños tratá de imaginar un mundo en blanco, negro y grises, si sostenés esa imagen bastante tiempo quizás comiences a sentir algo de nostalgia e incluso tristeza, algo parecido a lo que nos pasa un domingo lluvioso de otoño.
Si necesitás activarte para comenzar una tarea tratá de imaginar colores brillantes, principalmente cálidos: rojos, amarillos, naranjas. Podés incluso colocar cerca de tu mesa de trabajo objetos de esos colores. Y la próxima vez que el estrés te juegue una mala pasada intentá cerrar por dos minutos los ojos imaginándote en medio de un parque con césped verde claro bajo un cielo celeste y solamente intentá respirar profundo. Con dos o tres respiraciones será suficiente para bajar tu nivel de ansiedad, ya los colores claros y fríos: azules, verdes, violetas, ayudan a calmar y equilibrar. ¿No te parece un buen recurso?
http:// https://tn.com.ar/salud/lo-ultimo/los-colores-influyen-en-tus-emociones_859314
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