Nada se compara a la experiencia de trabajar en grupo. Una vez por semana nos reunimos durante dos horas a compartir experiencias y disfrutar mientras hacemos arte y aprendemos a diseñar mandalas.
Los grupos son pequeños, así el trabajo es más personalizado. Tienen un máximo de seis participantes y cada uno sigue sus ritmos de trabajo. No se requiere experiencia en arte ya que el método va llevando a cada uno a encontrar sus propias vetas creativas.
Los resultados son hermosos y además de participar en distintas muestras en el país también organizamos muestras en el exterior. La experiencia es gratificante y eleva la autoestima! Sobre todo en el caso de personas que ni siquiera imaginaban poder pintar.
En muchos casos se han armado emprendimientos a partir del arte: venta de obras, diseño de ropa o de objetos… Lo importante es que el proceso de trabajo en sí mismo es sanador, y nos vincula a nuestro caudal curativo interior. Es un modo de sanar el alma.